“Una sola muerte es una tragedia; un millón de muertes son una estadística”: esta frase atribuida a Stalin refleja nuestra tendencia psicológica a centrar nuestra atención en la tragedia de una sola persona, eclipsando la tragedia de millones. El efecto de centrarse en las historias de los individuos tiene un impacto significativo en nuestras vidas, lo cual vale la pena discutir, y qué mejor manera de hacerlo que a través del Efecto Víctima Identificable.
En las discusiones sobre ética, toma de decisiones y políticas públicas, el concepto de efecto de víctima identificable tiene una influencia significativa. Este fenómeno psicológico sugiere que las personas están más inclinadas a ofrecer asistencia o recursos a un único individuo identificable que los necesita en comparación con un grupo más grande y abstracto de personas que enfrentan la misma situación. El efecto de víctima identificable resume los sesgos emocionales y cognitivos que influyen en el comportamiento humano cuando se enfrenta a situaciones de sufrimiento o injusticia. Comprender este efecto arroja luz sobre cómo los individuos perciben y responden a los dilemas morales, influyendo en todo, desde las donaciones caritativas hasta la formulación de políticas públicas.
En esencia, el efecto de víctima identificable está profundamente arraigado en mecanismos psicológicos como la empatía, la resonancia emocional y la heurística cognitiva. La investigación en psicología sugiere que los humanos están programados para responder con más empatía a narrativas específicas e identificables que a abstracciones estadísticas. Cuando se les presenta una única víctima identificable, las personas pueden conectarse mejor emocionalmente, imaginándose a sí mismas o a sus seres queridos en una situación similar. Esta resonancia emocional desencadena un sentido de obligación moral de aliviar el sufrimiento del individuo identificado.
Además, el efecto de víctima identificable también está vinculado a sesgos cognitivos, en particular la heurística de disponibilidad y la heurística de representatividad. La heurística de disponibilidad postula que las personas tienden a juzgar la probabilidad de un evento en función de la facilidad con la que se les ocurren ejemplos del mismo. En el caso de las víctimas identificables, sus historias son vívidas y destacadas, lo que las hace más accesibles mentalmente y, por tanto, más influyentes en la toma de decisiones. Además, la heurística de representatividad lleva a los individuos a emitir juicios basados en qué tan parecido se parece un individuo o una situación a un ejemplo prototípico. Las víctimas identificables a menudo encajan en el arquetipo de alguien que merece ayuda, lo que refuerza aún más la inclinación a brindar asistencia.
Es importante señalar las implicaciones que tiene este fenómeno en el mundo real: el efecto de víctima identificable se manifiesta en diversos ámbitos, dando forma a las respuestas a las crisis, las donaciones caritativas y las prioridades políticas. En la ayuda humanitaria, por ejemplo, la cobertura mediática que destaca historias individuales de sufrimiento a menudo provoca una respuesta pública más fuerte en comparación con los informes que citan estadísticas o relatos generalizados. Es más probable que los donantes contribuyan a campañas que presenten una única víctima identificable, lo que refleja la atracción emocional de las narrativas personales.
Sin embargo, este fenómeno también puede tener implicaciones negativas en el mundo real. En el contexto de las estafas, los perpetradores a menudo explotan el efecto de víctima identificable para manipular a las personas para que se deshagan de su dinero o información personal. Los estafadores pueden crear una sensación de urgencia o conexión personal al presentar a un individuo específico (real o ficticio) como víctima de una circunstancia trágica o que necesita urgentemente asistencia financiera. Al hacerlo, su objetivo es evocar fuertes respuestas emocionales que nublan el juicio y provocan acciones impulsivas.
Por ejemplo, las estafas de GoFundMe. GoFundMe está lleno de historias sobre una persona en apuros (un niño enfermo que necesita tratamiento médico urgente, una familia que enfrenta un desalojo o una víctima de un desastre natural) que pide ayuda financiera inmediata. La narrativa se centra en una única víctima identificable, lo que desencadena sentimientos de compasión y el deseo de ayudar.
Un claro ejemplo de este tipo de estafas es la ocurrida en 2017 que se volvió viral. En 2017, una mujer afirmó que quedó varada en una carretera y que un veterano sin hogar le dio sus últimos 20 dólares para gasolina. Publicó la buena acción de este hombre y una foto de los dos en las redes sociales y comenzó una campaña de GoFundMe para recaudar dinero para el veterano. La historia se volvió viral recaudando alrededor de 400.000 dólares. Al final, se descubrió que toda la historia era inventada y que la mayor parte del dinero recaudado se utilizó en autos de lujo, viajes y juegos de azar[1].
De manera similar, el efecto de víctima identificable influye en la formulación de políticas, ya que los formuladores de políticas son conscientes de los sentimientos y preferencias del público. Es más probable que las cuestiones que pueden enmarcarse en torno a historias individuales ganen impulso y obtengan apoyo para la acción legislativa. En ocasiones, esto puede conducir a prioridades políticas que prioricen abordar las necesidades de víctimas identificables sobre soluciones sistémicas que pueden beneficiar a una población más grande pero menos visible.
Si bien el efecto de víctima identificable resalta el poder de la empatía y las narrativas personales para movilizar apoyo y recursos, también plantea cuestiones éticas. Una preocupación es el potencial de sesgo en la asignación de recursos, donde la atención y la asistencia se dirigen desproporcionadamente a víctimas identificables y se descuidan los problemas sistémicos que afectan a las comunidades marginadas. Reconocer la influencia de este fenómeno puede contribuir a los esfuerzos por abordar eficazmente los problemas sociales y al mismo tiempo defender los principios de equidad y justicia para todos. Equilibrar la resonancia emocional de las historias individuales con el compromiso con el cambio sistémico es esencial para sortear las complejidades de los dilemas morales.
[1] https://edition.cnn.com/2023/01/08/us/gofundme-prison-scam-new-jersey-homeless-man/index.html
Referencias
Jenni, K., & Loewenstein, G. (1997). Explaining the identifiable victim effect. Journal of Risk and uncertainty, 14, 235-257.